La guía definitiva para elegir tu software de gestión empresarial - CAPÍTULO 4

NaN-tic 11 jun 2018

CAPÍTULO 4 - INCLUYE EL SOFTWARE LIBRE EN LA BÚSQUEDA


RESUMEN:

El gran grueso de la oferta de ERPs se basa en programas propietarios, es decir, de los que es compran licencias para uso individual. Incorporar en la búsqueda de producto alternativas de software libre permitirá ampliar los posibilidades de encontrar un producto que sea estratégicamente interesante para la manera de funcionar de la compañía.


IDEAS CLAVE:

  • Hay que tener en cuenta tanto a los productos de los grandes fabricantes (Microsoft, SAP, Sage...) como los más económicos y artesanales.
  • Pero es un error limitarse a los proveedores que su modelo de negocio se basa en la venta de licencias. Debe incluirse el software libre.
  • El software libre es sinónimo de transparencia y flexibilidad. Explicamos algunos conceptos básicos al respecto.



LOS PRIMEROS NOMBRES, LOS QUE MÁS PAGAN. Esto es así y te lo demostraremos. Has empezado la búsqueda y enseguida han llegado a la tu pantalla los nombres de los productos de grandes fabricantes: Microsoft (Navision), SAP (Business One), Sage (Murano), Oracle... Es importante ponerlos en la lista y tenerlos en cuenta, así como también hacerlo con otros prodcutos más "artesanales" que también te llegarán. Pero casi seguro que todos ellos tienen una cosa en común: son programas privativos.

El software privativo es el que hemos conocido toda la vida. Es el Windows, Outlook o Office. Son aquellos programas de los que no hemos mirado nunca la licencia y sabemos, lo hayamos cumplido o no, que legalmente no podemos hacer copias. Y como usuarios tampoco nos hemos preocupado de investigar si el programa hacía exactamente lo que nos decían o hacía algo más que quizá no deseábamos (por ejemplo, se ha podido demostrar que productos de Microsoft enviaban información del usuario al fabricante sin su consentimiento).

Estos programas los compramos y los instalamos en nuestros sistemas. Incluso los hay que ya vienen instalados de origen. Si queremos las nuevas versiones, normalmente vamos pagando y si no queremos pasar a las siguientes versiones, dejamos de pagar y se ha acabado la historia. Mirar la licencia del producto, reconozcámoslo, da pereza, pero siempre ofrece más tranquilidad. Se han dado casos de personas que pensaban que habían comprado e instalado un ERP en su ordenador y resulta que estaban simplemente de alquiler según la licencia, con los costes añadidos que esto suponía de actualizaciones y nuevas versiones.

En el ámbito del software libre, todo esto es radicalmente diferente. Lo que calificamos como software libre o código abierto son aquellos programas que pueden ser modificados o copiados de forma libre y legal porque el usuario tiene acceso al código fuente. De inmediato entraremos en las ventajas y los inconvenientes que ello conlleva, pero así, de entrada, esta característica ya desvanece cualquier inquietud a la hora de hacer copias del programa. Con el software libre, el concepto "licencia" queda completamente devaluado, no importa. Podemos copiarlo e instalarlo en tantos equipos como queramos sin preocuparnos por ello. Estamos haciendo algo completamente legal y gratuito.

Para entender un poco mejor todo esto del software libre déjanos explicártelo con la METÁFORA GASTRONÓMICA.

Una licencia es el conjunto de restricciones que el propietario intelectual de una obra impone a aquellas personas a las que cede la posibilidad de hacer uso de ella. Y, tradicionalmente, los programas informáticos han puesto restricciones bastante severas al comprador/consumidor respecto al derecho de hacer nuevas copias o al de modificarlos para adaptarlos a las propias necesidades. De hecho, muchos de los programas son tan opacos que no ha sido posible ni examinarlos por un profesional para averiguar si hacen realmente aquello por lo que han sido comprados.

Podríamos decir que el código fuente es a los programas informáticos lo que una receta es a un plato de cocina. Un cocinero puede decidir hacer tres cosas con un plato que haya creado: en primer lugar, puede decidir que no hará pública la receta. Esto quiere decir que quien quiera comer ese plato sólo puede hacerlo yendo en su restaurante. Este sería el caso del software de propiedad, lo más habitual hoy en día. Si quieres utilizar el programa, lo compras, pero no podrás saber cómo está hecho.

Pero el cocinero también puede decidir explicar los ingredientes que componen la receta para que tengamos la tranquilidad que el plato no nos hará daño. Lo apreciarán los celíacos, los intolerantes a la lactosa o los alérgicos a algunos alimentos. Pero resulta que el cocinero decide darnos los ingredientes pero no explicarnos los pasos que ha seguido para la elaboración de la receta. En el ámbito informático, estaríamos ante el caso de una licencia que nos permite ver el código, pero no reproducir ni adaptar el programa a nuestras necesidades.

Finalmente, el cocinero también puede decidir facilitar la receta completa, de manera que quien quiera podrá intentar hacer el plato en casa o adaptarlo a sus gustos o necesidades. Fijémonos en que en este caso, el cocinero sólo se podrá ganar dinero si es capaz de innovar constantemente. No tendrá ninguna exclusividad, porque el comensal podrá decidir en cualquier momento cocinarse el plato él mismo. En el fondo no vas al restaurante a sólo comer... quieres que te sorprendan con nuevos platos y nuevas recetas. De hecho, los clientes de El Bulli no iban al restaurante atraídos simplemente por el renombre de Ferran Adrià, sino por su capacidad de sorprenderles. Y lo mismo sucede con el software libre: no servirá para nada hacer una cosa bien hecha una sola vez y luego vivir una temporada, porque todo el mundo lo podrá copiar e incluso mejorarlo, ya que dispondrá de toda la información necesaria para hacerlo.

Y hasta aquí LA METÁFORA GASTRONÓMICA porque la cosa es aún más compleja. Sólo en software libre podemos encontrar más de cuarenta tipos de licencia diferentes, pero tendrán el denominador común que siempre se facilitará la receta completa y el consumidor podrá reproducirla y adaptarla siempre que quiera. No es el objetivo de la guía hacer un máster al lector sobre las licencias de software, pero vale la pena mencionar, para aquel que tenga interés, la web www.tldrlegal.com donde se resumen de forma muy clara y comprensible las diferencias y las características de un buen número de licencias libres.

El problema es que, durante la fase de investigación, algunas de estas alternativas que pueden ser estratégicamente interesantes y que, como mínimo, conviene tener en cuenta no aparecen entre los primeros resultados de Google.



CAPÍTULOS ANTERIORES


CAPÍTULO 3: ¿Por dónde se debe empezar a buscar un ERP? El principal error es limitar demasiado la búsqueda inicial.

CAPÍTULO 2: Te descubrimos cuál es el momento adecuado para seleccionar un ERP y cuánto tiempo tardarás en elegirlo y ponerlo en marcha.

CAPÍTULO 1: Seleccionar un programa de gestión empresarial siempre es un dolor de cabeza. Esta guía es la aspirina que te ayudará a afrontarlo.


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